En esta sala se muestra una selección de piezas arqueológicas y etnológicas atribuibles a periodos Bajomedievales, Moderno e inmediatamente anterior a la sociedad industrial. Todo ello interrelacionado con una evolución de la historia y la cartografía urbana y huertana local. Concretamente, en esta sala se parte de las primeras noticias de la población de Rojales, con su actual nombre y emplazamiento, que se remontan a 1357, en que ya se cita que estaba constituido por «un número de casas de heredades juntas» y «un molino (hidráulico)».
Y en 1382, Pedro Bellot también nos informa de cuando el concejo de Orihuela estudia «derribar la población de Guardamar, y que la puebla se hiciese en Rojales, puesto menos costoso y menos peligroso», en gran parte propiedad del linaje nobiliario de los Rosell. Pero «el gasto de torres y murallas» espantó a los mensajeros del rey, que dispusieron definitivamente la construcción de una «torre fuerte donde se pudiese recoger la población y lo demás cortijo, como estaban las otras aldeas» bajomedievales comarcales.
Dentro del posterior proceso histórico local, se explica también cómo es en la incesante expansión del regadío comarcal en las centurias de los siglos XIV-XVI cuando tanto el subsistema de regadío de Rojales como su población comienzan su expansión y florecimiento.
Posteriormente, el crecimiento demográfico de la población en el siglo XVIII, con una economía agraria en expansión, produce también una nueva extensión de la superficie de la Huerta y la gran colonización agraria en su zona de Campo. Este nuevo resurgimiento demográfico, económico y colonizador producirá, en la segunda mitad del siglo XVIII, que la villa se erija en población independiente.