Aljibes de Gasparito

Los Aljibes de Gasparito, construidos en 1922, son un sistema hidráulico que se abre a lo largo de todo el Cabezo del Molino, procediendo a la búsqueda del agua de lluvia mediante dos extensas acequias o canales de conducción a cielo abierto (superando el kilómetro de longitud cada una) que bordean sus laderas este y oeste. Estas dos canalizaciones, siguiendo una suave pendiente, conducen el agua hasta hacerla desembocar en dos monumentales aljibes o cisternas subterráneas excavadas en el monte. El proceso de excavación de las cisternas subterráneas se realizó según la técnica minera al uso, dirigida por un maestro barrenero.

 

Desde su construcción, estos aljibes se configuraron como grandes depósitos de captación y comercialización de agua de lluvia, a los que acudían los «aguaores» de varios pueblos a la redonda (Rojales, Formentera, Benijófar y San Fulgencio) a llenar sus botas, que transportaban con el carro de mulas, distribuyendo el agua a los habitantes de los pueblos mencionados.

Su reutilización está posibilitando mostrar como «Ecomuseo del Agua en el Mundo Tradicional» diferentes exposiciones que evocan y reconstruyen diversos aspectos del mundo tradicional al que pertenecen.